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SEGUNDA MARCHA PLURINACIONAL POR UNA LEY DE REPARACIÓN HISTÓRICA TRAVESTI-TRANS
- POR: Cristian González
Se realizó ayer la Segunda Marcha Plurinacional por una Ley de Reparación Histórica Travesti-Trans. Dicho proyecto le exige al Estado que reconozca la violencia social e institucional que las personas del colectivo sufren sistemáticamente a lo largo de sus vidas y, con base en esto, se indemnice a las trans adultas sobrevivientes a modo de reparación. A este reclamo, el gobierno respondió con violencia y represión por parte de la Policía Federal que impidió que la marcha se realice por la calle.

La gente fue llegando de a poco entre las 2 y las 5 de la tarde. Al principio había más policías que travas y un frío que intentaba poner paños fríos a un ambiente encendido por la furia travesti. Travas, maricas y lesbianas se reconocen y se saludan afectuosamente. Algunxs no se veían hacía rato y otrxs llegaron juntxs para marchar por sus derechos. Marcela Navarro se saca fotos con sus compañeras desplegando la bandera del Archivo de la Memoria Trans mientra algunxs transmiten en vivo para sus redes. “Milei no es mi ley”, reza el cartel que sostiene Alma Fernández, quien trabaja en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (por el Cupo Laboral Travesti-Trans) donde se anunció que próximamente habrá mil despidos.
Cayendo el sol la plaza se fue llenando de diversidad. Las históricas estaban listas y posicionadas detrás de la bandera principal para comenzar con la marcha. Más atrás, las chicas del Hotel Gondolin recuerdan a Zoe López, quien fue víctima de travesticidio en febrero pasado en manos de su entonces pareja. Patricia Alexandra Rivas, una de las históricas, discute con la policía la posibilidad de marchar hasta el Congreso por un solo carril sin tener que interrumpir todo el tránsito. La conversación se pone tensa cuando el oficial a cargo rechaza el pedido y les exige que marchen por la vereda. La cantidad de agentes era excesiva. Ya ni el viento helado iba a poder enfriar la situación que se estaba gestando.
Ni bien arrancó la marcha, la policía comenzó a ejecutar el protocolo represivo de Bullrich formando un cordón que impedía el avance de la columna de manifestantes obligándolos, por medio de empujones y amenazas, a subir a la vereda. Durante el forcejeo los agentes motorizados hacen sonar los caños de escape y muestran sus itacas en señal de amenaza. Patricia y Marlene Wayar al frente discuten con la policía mientras maricas, lesbianas y travas cantan “no les tenemos miedo”. Más de una sobreviviente debe haber recordado los momentos de violencia institucional sufridos en manos de la policía durante su juventud. “A cuántas de nosotras mataron ustedes”, les preguntaba Patricia mientras los miraba fijo a los ojos. Lejos de reparar el daño sistemático sobre las personas trans, el gobierno mandó a reprimirlas. La bronca y la angustia le dieron lugar a la cordura y, para evitar problemas, la marcha siguió por la vereda, aunque la tensión continuó intacta hasta llegar al Congreso Nacional, donde se realizó el acto de cierre.

EN QUÉ CONSISTE LA LEY DE REPARACIÓN HISTÓRICA TRAVESTI-TRANS
En conversación con Variete News Marcela Navarro, integrante del Archivo de la Memoría Trans, nos cuenta que la Reparación Histórica consiste en pedir al Estado que se le reconozca a las trans adultas todo el maltrato sufrido durante los años ‘80 y ‘90. “La discriminación, negarnos el trabajo, la educación, la identidad de género; por todo ese daño pedimos una indemnización y una reparación sobre nuestras vidas para que podamos tener una vejez digna”, explica Marcela. “Sabemos que en otras provincias hay compañeras que siguen sufriendo el maltrato y la discriminación por parte de la policía. Protestamos también por eso”, agregó.
“Tal vez en este contexto parezca imposible pensar en una Ley de Reparación Histórica para la población adulta trans, pero nosotrxs también entendemos de la resistencia, de estar en las calles y sobre todo cuando es necesario”, expresa Say Sacayán; varón trans activista y hermano de la pionera Diana Sacayán. “Es necesario más que nunca poner el cuerpo, ya que los discursos de odio son constantes y llevados a cabo, como es el caso del triple lesbicidio en Barracas. Son ataques directos a nuestra comunidad, por eso creemos que hay que poner el cuerpo y seguir reclamando lo que venimos planteando hace mucho tiempo, que es la reparación histórica para las adultas mayores. Aquellas que han sido víctimas no solo de la dictadura militar, sino también de la violencia institucional. Históricamente nunca cesó la violencia, porque tenemos crímenes, porque tenemos abusos, porque no tenemos políticas públicas y las que hay no se aplicaron como debía”, denunció Say.

“Más allá de que tuvimos muchísimas conquistas es muy importante reparar todo el daño físico y psíquico que han sufrido nuestras mujeres trans históricas que, gracias a Dios, las tenemos hoy acá envejeciendo con nosotras”, dice Paula Galeano exresidente del Hotel Gondolin. El agradecimiento no es exagerado considerando que la expectativa de vida de las personas travestis y trans es de 35 años, otra de las consecuencias que enfrenta el colectivo debido a la desidia social. “Es importantísima esta lucha por el abandono que sufren las personas trans a esa edad. Necesitan un acompañamiento a través del Estado para que puedan sobrevivir mucho tiempo más”, argumenta Paula.
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